domingo, 6 de marzo de 2016

Kepler-452b: NASA descubre el planeta más parecido a la Tierra

Se trata de Kepler-452b y es el primer planeta con un tamaño similar a la Tierra -sólo 60% más grande- y está ubicado en una zona habitable de una estrella muy similar a nuestro Sol.
A principios del año pasado la NASA había anunciado el descubrimiento de más de 700 cuerpos celestes fuera del Sistema Solar gracias a la información valiosa que ha dado el poderoso telescopio espacial Kepler.
Pero ninguno tenía un tamaño similar al planeta donde vivimos.
El telescopio ha permitido a los científicos el uso de nuevas técnicas para el análisis de datos astronómicos.
El descubrimiento de este nuevo planeta forma parte del avistamiento de otros 11 pequeños cuerpos celestes adicionales que están en zonas habitables de sistemas solares, lo que significa que pueden albergar vida.
El Kepler-452b es el candidato más parecido a la Tierra descubierto hasta la fecha y muestra intrigantes similitudes, entre ellas, que rota casi a la misma distancia que nuestro planeta lo hace alrededor del Sol.
Esto significa que tiene el potencial de tener agua en estado líquido.

A 1.400 años luz

Sin embargo, confirmar que tiene ingredientes vitales para albergar vida es un tema muy complicado ya que está localizado en la constelación Cygnus a unos 1.400 años luz.


El jefe de científicos de la NASA, John Gtunsfeld, llamó a este nuevo mundo el "más cercano hasta ahora" a la Tierra.
John Jenkins, analista de datos del telescopio Kepler en el Centro de Investigaciones Ames en California, agregó que "es un privilegio real dar a conocer estas noticias el día de hoy. Hay un nuevo chico en la cuadra que se acaba de mudar cerca de nuestra casa".
El nuevo mundo se une a otros exoplanetas como Kepler-186f con características similares a la Tierra.
Sin embargo el Kepler-186f, descubierto en 2014, es más pequeño y orbita alrededor de una estrella enana roja que es significativamente más fría que el Sol.
El Kepler-452b orbita una estrella que es de la misma clase que la nuestra, es sólo 4% más masiva y 10% más brillante. Lo más intrigante es que a Kepler-452b le toma 385 días dar la vuelta completa a su estrella, o sea, apenas 5% más que el tiempo que invierte la Tierra.

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